Tratamientos psicológicos para la depresión

 

Los tratamientos psicológicos para la depresión desde el modelo cognitivo-conductual y basados en la evidencia, se derivan de los marcos teóricos expuestos en el anterior artículo explicando en que consiste este problema vital que es la depresión. Esto no significa que haya otros tratamientos psicológicos que pueden funcionar en la solución del problema de la depresión.

Las intervenciones con mayor apoyo empírico por sus resultados en estudios y en la práctica clínica son:

Terapia conductual. Lewinsohn. De esta terapia derivan la Terapia de Activación conductual. Martell. Tiene algunas variantes que la enriquecen (Barraca y Pérez Álvarez) o la abrevian (Lejuez).

La depresión está relacionada con una disminución del refuerzo positivo y un aumento de la evitación conductual ante los estresores vitales. La terapia se centra en incrementar las actividades agradables y útiles siempre que tengan sentido para la persona implicada, de forma gradual y entrenando las habilidades necesarias para la consecución de reforzadores.

El objetivo es incrementar el refuerzo positivo proporcionado por las conductas adaptativas, las que requiere la situación vital, y disminuir la evitación de las actividades normales y de las interacciones sociales, que limita el repertorio de conductas y por lo tanto la gratificación ante las experiencias de la vida.

La terapia de activación conductual se desarrolla a partir de los estudios sobre la terapia cognitivo conductual y comprobar que lo más eficaz del tratamiento se basa más en las conductas de afrontamiento de situaciones y la realización de actividades reforzantes, que en los cambios en el pensamiento y las creencias subyacentes, los cuales pueden modificarse por sí mismos cuando la persona ve que puede afrontar los problemas, aprender habilidades para obtener refuerzos y desarrollarse en su vida.

Esta es la terapia que más evidencia está demostrando en el tratamiento eficaz de la depresión.

Terapia de Autocontrol. Rehm. La depresión se caracteriza por déficits en el manejo de la propia conducta. La solución viene del logro progresivo en el autorrefuerzo, el desempeño con las contingencias y el rendimiento conductual. La persona se fija en las experiencias positivas y su relación con el estado de ánimo, se evalúan los logros sobre los objetivos que se van proponiendo y se identifican reforzadores para administrarlos contingentemente con la consecución de los objetivos.

Una de las tareas consiste en identificar las habilidades, recursos y fortalezas de uno mismo, así como los logros conseguidos en la vida, y repasar y actualizar esta lista cada día.

Terapia Cognitiva. Beck. Se basa en cambiar la visión negativa sobre uno mismo, el mundo y el futuro. Se diseñan estrategias para aumentar las actividades y demostrar la relación entre pensamientos, sentimientos y conductas.

Posteriormente se identifican y modifican los pensamientos automáticos que mantienen la depresión al funcionar como un sesgo en el procesamiento de la información.  La persona aprende a diferenciar las distorsiones en dichos pensamientos y cambiarlos por otros más objetivos, y poder poco a poco modificar los esquemas y creencias menos conscientes que predisponen al trastorno.

Terapia de Solución de problemas. Nezu. Es un entrenamiento sistemático en habilidades de solución de problemas. Se trata de afrontar los problemas considerándolos un reto y algo normal en la vida, de manera constructiva y optimista, y no como situaciones catastróficas que no deberían ocurrir.

La solución de problemas tiene varias fases. Orientación constructiva al problema. Definición y formulación operativa del problema. Generación de soluciones alternativas. Toma de decisión sobre la solución más viable y puesta en práctica de la solución. Valoración de los resultados y ver si el problema se ha solucionado, se requiere solución de los nuevos problemas que surgen si es el caso, o si no se ha resuelto, se vuelven a generar alternativas.

Terapia cognitiva basada en la consciencia plena. Segal. Se integra la meditación con la terapia cognitiva. El objetivo es darse cuenta de los procesos de pensamiento negativo-depresivo y distanciarse de estos pensamientos. Observar las experiencias internas (pensamientos, sensaciones, emociones, recuerdos) y externas, sin juzgarlas ni evaluarlas.

Las experiencias internas son solo eso, no descripciones válidas de nosotros o el mundo. El objetivo es conseguir la experiencia de vivir en el momento presente sin situarse constantemente en el pasado o el futuro.

La depresión, como situación vital en la que uno se encuentra, es originada por una experiencia, y como afrontamos esta experiencia es lo que nos hace caer en esta situación depresiva.

Los tratamientos propuestos pueden incorporar técnicas muy variadas, desde su propio repertorio o tomándolas de otras terapias.

Los tratamientos aquí expuestos están muy simplificados por problemas de espacio y para no complicar su comprensión.

En la actualidad el tratamiento más eficaz desde mi experiencia es la Terapia de Activación Conductual, que sirve de base, y utilizar las terapias aquí propuestas de forma conjunta y breve, introduciendo las mismas por fases durante el tratamiento de acuerdo con las características de la persona, su problema concreto, ya que cada depresión es diferente, y como va evolucionando la persona durante el tratamiento.

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