Pautas para reconocer y afrontar el bulling

El acoso escolar o bulling ha existido siempre, pero en los últimos años parece haberse incrementado. La violencia en los colegios e incluso en la Universidad, como detecto en consulta ha aumentado, al igual que la sensibilización social hacía este problema.

El acoso escolar es el comportamiento agresivo que intenta herir o producir malestar a otra persona, siendo repetido en el tiempo y existiendo una relación asimétrica entre los implicados, ya que la victima siempre está en inferioridad de condiciones.

Las conductas de acoso pueden ser rechazo, aislamiento, amenazas, burlas, falsos rumores, produciendo cuatro tipos de acoso:

Físico: agresiones a la persona o sus pertenencias.

Verbal: palabras hirientes.

Psicológico: ejerciendo poder e infundiendo temor.

Social: aislamiento y propagación de rumores.

Las secuelas del acoso pueden durar años e incluso toda la vida. En la consulta de psicología veo personas que 30 y 40 años después todavía se sienten heridas por haberlo sufrido.

Lo más común es tener baja autoestima, la creencia de ser torpes o inferiores, déficit en habilidades sociales, preocupación excesiva por la evaluación de los demás, autocriticas y niveles altos de sufrimiento con tristeza y sensación de desvalimiento.

Hoy se han creado protocolos bien establecidos para prevenir o eliminar si se está produciendo el acoso, para el centro educativo, las víctimas, los agresores y los observadores o los que presenciándolo no intervienen.

Aquí nos ocuparemos de las víctimas.

Vamos a dar indicaciones para detectar en niños y jóvenes señales de que están sufriendo acoso y como ayudarles. 

INDICADORES DE OBSERVACIÓN PARA IDENTIFICAR A LAS VÍCTIMAS

 Conductas de miedo, huida y evitación:

  • Falta a clase: el miedo y ansiedad le conducen a no acudir al centro educativo.

Ausencias pobremente justificadas.

  • Espera a que no haya nadie para llegar o salir de la escuela.
  • Escoge rutas ilógicas para ir y venir de la escuela.
  • Evita hablar de temas relacionados con el colegio.
  • Oculta el problema, la mayoría de las veces no informa a los adultos de lo que le está sucediendo. Rehúsa decir por qué se siente mal, puede insistir en que no le pasa nada o usar pretextos para justificar su estado.

 

Conductas depresivas:

  • Manifiesta tristeza, apatía, indiferencia, está poco comunicativo, se muestra pesimista, llora con facilidad, está deprimido.
  • En casos graves expresa ideaciones de suicidio, incluso pueden llegar a realizar alguna tentativa y en ocasiones consuman el suicidio.

Cambios de humor: 

Humor inestable

  • Alterna tristeza e irritabilidad (momentos de tristeza, apatía o indiferencia y momentos en los que se muestra irascible, expresa ira o rabia, con explosiones momentáneas de agresividad).
  • Alterna relajación y tensión…

 

Conductas ansiosas

  • Manifiesta nerviosismo, ansiedad, angustia, estrés, insomnio, pesadillas… síntomas que pueden derivar en ataques de pánico.
  • En clase muestra dificultades para hablar, da una impresión de inseguridad y/o ansiedad.
  • Manifiesta inseguridad y baja autoestima.

Dificultades en las relaciones sociales con iguales 

  • Se aísla socialmente, en la escuela o en la calle: pasa más tiempo en casa que antes, no quiere salir de casa, ni estar con amigos, prefiere estar solo y se muestra muy poco comunicativo.
  • No tiene amigos, no les invitan a fiestas de otros compañeros, y tampoco organiza ninguna fiesta porque piensa que ningún compañero acudirá.
  • Busca “amigos” y compañeros de juego de menor edad.
  • Cambios en sus grupos de amigos, en ocasiones radicales.
  • Es objeto de burlas, bromas desagradables, le llaman con motes, le molestan.
  • Falta de defensa o exagerada reacción ante supuestas bromas u observaciones públicas.
  • En el juego son los últimos en ser elegidos.
  • Suelen estar involucrados en discusiones y peleas en las que se encuentran indefensos y con frecuencia acaban perdiendo.
  • Como consecuencia de la situación puede comenzar a amenazar o a agredir a otros (víctimas-agresivas).
  • Adopta el rol de bufón, realizando payasadas o bromas para que los demás se rían.

Descenso del rendimiento académico

  • Presenta un descenso del rendimiento académico.
  • Tiene dificultades de atención y concentración, está distraído.
  • Pérdida de interés por la actividad escolar, por el trabajo académico.
  • Altibajos en los tiempos de estudio y en el rendimiento escolar. 

Cambios corporales, síntomas físicos y psicosomáticos

  • Manifestaciones de enfermedad o dolencias frecuentes. Somatizaciones diversas: dolores de cabeza, dolores de estómago, vómitos, tartamudeo, malestar generalizado, mareos frecuentes con síntomas no comunes, diarreas frecuentes sin ir acompañadas de vómitos o fiebres (en ocasiones finge dolencias para evitar determinadas situaciones y entornos).
  • Lesiones físicas frecuentes sin explicación razonable. Presenta señales de agresión física: la ropa rota o estropeada, lesiones externas o marcas corporales reiteradas…

Modificación de los hábitos alimenticios (irregularidades, pérdida de apetito, trastornos alimentarios…).

 

Otros indicadores de victimización

  • Pide dinero sin querer decir para qué lo necesita.
  • Coge dinero o cosas de casa para saldar “deudas” que no existen, originadas por alguna amenaza o chantaje.
  • Se queda sin bocadillo, hace las tareas de otros…
  • Pérdida y/o deterioro de pertenencias físicas: Le suelen faltar objetos personales (bolígrafos nuevos, estuche, calculadora, compás, pinturas…).

Su material a menudo se encuentra estropeado, sucio…

  • Aparece su nombre en grafitis o pintadas en las puertas del baño y en las paredes.
  • Miedo a los recreos, ocupa rincones, paredes y espacios protegidos y controlables visualmente. Busca la cercanía de los adultos en los recreos y lugares comunes de la escuela.
  • Variaciones en las actividades de ocio habituales: Repentino abandono o ausencia en actividades hasta ese momento preferidas.

Otros indicadores de ciber victimización

  • Tiene “llamadas telefónicas extrañas” que le ponen nervioso y cuyo origen oculta.
  • Parece alterado después de estar en el ordenador o de ver un mensaje de texto en el móvil.
  • Cambios en el uso de dispositivos o de Internet.
  • Ocultamiento especial cuando se comunica por Internet o teléfono móvil.

 

MENSAJES PARA LOS ALUMNOS VÍCTIMAS 

4 Reconoce que eres una víctima y busca ayuda: Es importante que reconozcas que eres una víctima de acoso, pero no aceptes esa situación y reflexiona sobre cómo buscar soluciones. Ante los agresores demostrarás fortaleza si pides ayuda y te ven apoyado.

4 No muestres el sufrimiento a los agresores: Es normal que te sientas muy mal, pero ante los agresores es mejor no mostrarse débil ni expresar el sufrimiento (llorar…), porque disfrutan viéndote así y eso les motiva a seguir acosando. Intenta no mostrarte temeroso, preocupado o enfadado.

En la medida de lo posible evitar llorar, enfadarte o mostrarle al agresor que te afecta lo que te está haciendo, ya que ello le crea satisfacción.

Aunque te sientas mal en ese momento evita mostrar esos sentimientos ante él. Más tarde muestra tus sentimientos a otras personas (a tus padres, a un hermano, a un profesor…) dejándoles claro que lo que te está sucediendo te afecta muy negativamente. Las emociones hay que desahogarlas (con los padres, con los amigos…), no sufras en silencio.

4 No te sientas culpable: No es por tu culpa. La violencia no está justificada y es tu derecho vivir en paz y que te respeten. Son los agresores los que tienen un problema, no tú.

4 Ignora al agresor: Ignora al agresor, como si no lo oyeras, ni siquiera lo mires, no le prestes atención. No te enfrentes. Ignora la agresión o di NO de forma tajante, date la vuelta y márchate.

4 Protégete: No estés solo en los lugares en los que te agreden. Intenta evitar estar solo en los lugares donde tú sabes que el agresor puede acorralarte.

4 No respondas con agresividad: No pierdas el control, mantén la calma, cuenta hasta 10, intenta relajarte, usa el humor, idea o imagina respuestas inteligentes o divertidas. Responder con agresividad, aporta justificación a los agresores para continuar con su conducta.

4 Construye un Diario: Escribe un diario donde recojas con el máximo detalle quiénes, cuándo, dónde, cómo… te agreden. Cuantos más datos tengas recogidos más fácil te va a resultar explicar tu situación para pedir ayuda y defenderte mejor.

4 Intenta hacer amigos: Los amigos son personas que quieren las mismas cosas que tú, te defienden y te ayudan cuando lo necesitas, son personas en las que puedes confiar. Para ello da la bienvenida a la gente que quiere unirse a la actividad que tú haces, brinda tu ayuda cuando los demás la necesitan, haz cumplidos a tus amigos, comparte juegos y juguetes, escucha lo que otros tienen que decir, expresa tus opiniones y aporta lo que puedas, presta atención a los sentimientos de los demás… Tener un grupo de amigos frena a los acosadores, amplía tu círculo de amigos.

4 Valórate e intenta ser feliz: No te centres en tus errores, valora tus cualidades y capacidades, siéntete orgulloso de tus logros, perdónate a ti mismo si cometes errores, deja de evaluarte negativamente. No te preocupes, intenta ser feliz, piensa en cosas positivas, intenta cambiar lo que te hace infeliz, valora lo que tienes, desarrolla una actitud positiva, si te comportas como una persona rechazada, el rechazo seguirá…

4 Lo peor es no hacer nada: No pienses que con el tiempo ya pasará, seguramente empeorará y las consecuencias serán más graves.

Si no has podido cortar la situación no esperes más, este tipo de conflictos no se resuelven sin más.

Busca ayuda. No hay que avergonzarse por eso, al contrario, buscar ayuda implica inteligencia y habilidad para resolver problemas, nadie ha nacido sabiendo cómo resolver problemas.

No eres el primero a quien le ocurre esto, si buscas encontrarás personas que te comprenderán y ayudarán.

CÓMO ACTUAR COMO PADRES DE UNA VÍCTIMA DE BULLYING Y CYBERBULLYING

4 Comunicación y escucha: Fomentar la comunicación, que cuente lo que ha sucedido. Alentarle a hablar. Hacerle preguntas abiertas para tratar de averiguar qué es lo que ha sucedido. Hacerle saber que esta situación no debe ocultarse y que cualquier problema que tenga puede arreglarse. No esperar a que el hijo sea el primero que cuente su situación, muchas veces no lo cuentan. Lo más difícil es romper el silencio.

4 Brindar ayuda emocional: La ayuda emocional es primordial. Hacerle sentirse seguro, valorado, estimado. No culpar a la víctima, eliminarle los sentimientos de culpabilidad y no reprocharle nada, no tiene la culpa. Trasmitirle confianza. Actuar con calma y pedirle que explique lo que le sucede y cómo se siente. Rebajar la ansiedad, actuar seguros pero con calma. Darle apoyo emocional es lo primero para que remita su angustia. Hacerle fuerte emocionalmente para que ignore el acoso, para que no le afecte de forma relevante a nivel emocional.

4 Actitud firme y positiva de afrontamiento: Demostrarle determinación para atajar la situación y positivismo. Ayudar al hijo o hija a ver el problema abordándolo en todas sus dimensiones y complejidad. Hacerle ver la necesidad de afrontar la situación, cuidando de no forzar la situación de enfrentamiento que pueda producirle mayor temor. Mostrarle firmeza en la certeza que la situación de acoso en cualquiera de sus modalidades cesará.

4 Conocer qué ha hecho y qué desea hacer: Preguntarle lo que él o ella cree que debe hacer. ¿Qué es lo que ha hecho ya? ¿Qué funcionó y qué no? Planificar en común estrategias para acabar con la situación. Cualquier paso que los padres vayan a dar debe ser con el acuerdo del hijo.

4 Apoyo incondicional: Nunca decirle al hijo que intente solucionarlo por su cuenta, si pudiera hacerlo ya lo habría hecho.

4 No estimular la agresividad o la venganza: No promover la violencia contra el agresor. Algunas víctimas realizan como venganza conductas de acoso a otros, y en estos casos conviene abordar el tema de la inadecuación de estas conductas. Es importante mostrar empatía con la frustración que pueden sentir por la victimización que sufren y dotarles de otras estrategias de afrontamiento de la situación de acoso.

4 Evitar sentimientos de culpa y vergüenza: Evitar sentirse culpables o avergonzados por lo que le sucede al hijo o hija.

4 Enseñarle a hacer valer sus derechos y fomentar su autoestima: Ayudarle en el desarrollo de las habilidades sociales, de su asertividad (aprender a defenderse, a afrontar el rechazo, hacer amigos, empatía, decir no…), y su autoestima (sentirse querido y valioso).

4 Enseñarle a afrontar adecuadamente la intimidación: Hablando sobre formas de responder y escenificar situaciones en casa, donde el hijo aprende a ignorar a un acosador escolar y/o desarrollar estrategias asertivas para hacer frente a la intimidación.

4 Elaborar un diario para registrar todos los detalles de la victimización: Con la ayuda del hijo, elaborar un diario registrando todas las circunstancias e indicios que rodean la victimización. Es muy importante anotar todos los detalles: fechas, qué, dónde y cuándo ocurrió, quiénes estuvieron implicados, los testigos… Recoger todas las pruebas del acoso sea presencial y/o tecnológico (conversaciones chat, correos, fotos manipuladas…). Un diario bien elaborado aporta credibilidad en el caso de que se estime necesaria una denuncia en cualquier instancia.

4 Solicitar la intervención del centro educativo: Cuando los agresores sean del centro educativo (algo frecuente), buscar en el centro a una persona que ofrezca confianza. Informar a la escuela, al director y al psicólogo del centro, para recibir el apoyo necesario. No culpar al colegio y animar al hijo a hablar con el profesor, psicólogo escolar o con la dirección. Mostrar al colegio las pruebas disponibles, el personal del colegio puede ayudar a vigilar la situación. Solicitar en el centro activar el protocolo antibullying, aplicar un programa de intervención y participar activamente.

4 Contactar con los padres del acosador/ciberacosador: Cuando los acosadores están el mismo centro educativo, se puede solicitar al colegio realizar entrevistas conjuntas con los padres del acosador/ciberacosador…

Con frecuencia los padres del acosador/ciberacosador se muestran indiferentes a la defensiva en relación con el acoso y minimizan la conducta de sus hijos como cosas de niños, o bromas. Se sugiere que los padres de la víctima muestren las pruebas del acoso a los padres del acosador en determinados casos.

4 Buscar apoyo clínico: Solicitar ayuda a algún profesional de la salud mental si el hijo manifiesta un desarreglo emocional digno de consideración, baja autoestima, ideación suicida… Prestar atención a la gravedad y frecuencia del acoso, así como a la manera en que la víctima lo sufre.

4 Informar a los servicios de inspección y a la justicia: Si centro escolar no da una respuesta satisfactoria, se puede acudir a la inspección, para solicitar ayuda e intervención, o a órganos institucionales superiores. La justicia se debe usar para casos graves y cuando no se encuentre otra vía de resolución y reparación de daños.

4 Lo peor es no hacer nada: No pensar que es mejor no hacer nada para no agravar el problema. No creer que con el tiempo se pasará; si no se interviene, con probabilidad, empeorará. 

 Otras estrategias para prevenir el cyberbullying desde la familia 

La guía legal sobre cyberbullying y grooming que ha desarrollado INTECO (2009) plantea ocho recomendaciones dirigidas a los padres:

  1. Involucrarse en el uso que los menores hacen de Internet: La brecha digital existente entre adultos y niños puede hacer que los padres se mantengan alejados de la realidad virtual en la que viven los menores y adolescentes, para los cuales el uso de las herramientas de la web 2.0 es parte de su vida cotidiana.

Esto provoca que, en ocasiones, los padres no consigan comprender las consecuencias que un mal manejo de la tecnología puede tener para sus hijos.

  1. Instalar los ordenadores en zonas comunes: Es importante que el ordenador se encuentre en algún sitio común de la casa, permitiendo de esta forma que los padres puedan conocer, en cierto modo, el uso que los menores hacen
  2. Establecer un horario al uso de Internet y del ordenador: Los menores y adolescentes pasan muchas horas frente al ordenador. Las TIC han cambiado la forma de comunicación entre los jóvenes ya que ahora las redes sociales y las plataformas colaborativas son puntos de encuentro, públicos y masivos.

Los niños se aproximan a Internet de un modo natural. No lo hacen necesariamente con una finalidad, simplemente “están en Internet”, “viven” allí y lo utilizan para estudiar, charlar o escuchar música. Internet constituye una herramienta básica de relación social y de identidad, y como tal, la presencia de los niños en Internet es una realidad básica e inexorable, y el aprovechamiento que hacen del mismo apoya esta certeza. Asumiendo este aspecto como una realidad, es necesario no obstante determinar unas pautas de utilización claras sobre duración o momento de conexión, servicios utilizados…

  1. Impulsar el uso responsable de la cámara web: Este servicio es una herramienta de comunicación muy utilizada por los usuarios de Internet. Un uso inadecuado puede posibilitar una puerta de entrada para usuarios malintencionados.
  2. Uso de imágenes: Para los menores y adolescentes, las fotografías e imágenes constituyen la principal vía de presentación ante los demás. En este sentido, es fundamental plantearles que no deben enviar fotos ni vídeos personales a ningún desconocido, ya que pueden dar un mal uso.
  3. Supervisión: Basta con mantener el control sobre el ordenador o las cuentas de los menores y ver el historial de búsquedas y del navegador. No se trata de que se sientan controlados y coartados, este control debe ser realizado de la forma menos intrusiva posible en su intimidad.
  4. Comunicación: Establecer un diálogo permanente con los menores y adolescentes es tarea fundamental de los padres.

La comunicación debe abordar tanto los aspectos positivos del uso de la tecnología como los posibles riesgos que Internet puede implicar. Solo con un conocimiento riguroso de las situaciones que pueden tener lugar en Internet es posible estar preparado para responder a ellas.

  1. Autoprotección: Es necesario plantear a los menores y adolescentes la necesidad de ser cuidadosos con los datos que faciliten en Internet, publiquen en las redes sociales o proporcionan a través de los servicios de mensajería instantánea.

Los niños deben comportarse con responsabilidad, respeto y sentido común en la Red, igual que lo hacen en el mundo físico.

Otras recomendaciones recientes (APA, 2016) complementan algunas pautas de acción para prevenir el cyberbullying por parte de los padres, por ejemplo: (1) Que eduquen a sus hijos sobre cyberbullying, enseñándoles a no responder y/o reenviar correos electrónicos amenazantes; (2) Que configuren los filtros adecuados en el ordenador de su hijo; y (3) Que si entregan a su hijo un teléfono móvil, piensen cuidadosamente si le permitirán tener una opción de cámara, y que establezcan también un horario de uso del teléfono, por ej., dejándolo guardado durante la noche, para evitar así que pueda recibir mensajes desagradables o sea intimidado en esa franja horaria.

La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño identifica a los adultos como responsables de proteger a los niños y adolescentes de todas las formas de violencia física y mental, lesiones o abuso.  No se trata de “demonizar” la tecnología, más bien, se debe reivindicar una actuación pedagógica que propicie la interacción con las TIC desde un plano educativo, constructivo, relacional y ético. La solución no es prohibir, es educar para prevenir.

Los comentarios están cerrados.