Gestión emocional para conocerte mejor

Una buena gestión emocional puede ayudar a hacernos más sabios al integrar las emociones, la racionalidad y la conducta.

Las emociones siempre son útiles, ya que nos ayudan a comprender que ocurre y tomar decisiones, que luego ponemos en práctica con nuestro sistema racional.

Una mala gestión emocional produce trastornos emocionales, malestar que impide llevar una vida satisfactoria.

Las posibles causas de un trastorno emocional pueden ser:

  • La fata de habilidad para producir cambios en el entorno que propone por la emoción que sentimos y que requiere que emprendamos una acción. Al no producirse estos cambios necesarios surge el estrés.
  • La evitación de la emoción que lleva a la desorientación.
  • Problemas para regular la intensidad de la emoción que origina un afrontamiento poco adaptado a lo que está ocurriendo realmente.
  • Un trauma que origina embotamiento emocional para protegernos o bien activación intensa ante el ambiente, vivido como peligro inminente.
  • Una percepción distorsionada de lo que ocurre, y que en consecuencia producirá respuestas emocionales desadaptadas a la situación.

La solución al problema emocional puede en cada caso basarse en:

  • Cambiar la fuente que causa el estrés, ya que nuestras emociones nos están desbordando y no conseguimos acciones adecuadas para actuar. Así cambios en el modo de vida y el trabajo solucionan el problema.
  • La evitación emocional puede ser cambiada por la aceptación de los sentimientos dolorosos y considerar que algo necesitamos hacer para cambiar aquello que dentro de nosotros o en la situación nos causa dolor.
  • Los problemas de regulación de la intensidad emocional pueden solucionarse atendiendo al autocuidado y la relajación. Se trata de aumentar la coordinación de los procesos reflexivos o racionales que nos ayuden a mediar con la emoción.

El objetivo es contactar con la emoción que hay en la base del malestar, y ponerla en palabras para poder reflexionar conscientemente sobre las consecuencias de la expresión emocional, tanto por su alta intensidad, como por la inhibición de esta.

La ansiedad, la depresión o la frustración y el enfado son consecuencia de una mala gestión emocional.

  • Los traumas destruyen el sentido que tenemos de nosotros y el mundo produciendo una activación extrema pues todo es una amenaza y la alerta de nuestro organismo no encaja ya con la situación actual. Esta vivencia necesita ser narrada y expresada en un proceso terapéutico para poder ser integrada y darle una estructura coherente.
  • Las percepciones distorsionadas por creencias construidas en nuestra historia personal, como sentirse inútil, fracasado, no válido, inseguro, pueden ser cambiadas accediendo a la experiencia que encierra un esquema emocional, y cambiar su significado al cambiar mediante la imaginación las experiencias que lo originaron.

El proceso es más completo si además cuestionamos la validez y utilidad de estas creencias y tomamos consciencia de las experiencias a lo largo de la vida que las desmienten, y si empezamos a actuar de forma distinta a la acostumbrada y dictada por el esquema emocional disfuncional.

Una forma de mejorar la gestión emocional cuando sentimos que algo está pasando dentro de nosotros en relación con lo que estamos viviendo se basa en:

  • Dirige la atención a la experiencia que sientes
  • Focalízate en el presente y las sensaciones corporales
  • Explora que está evocando la emoción e intensifica lo que sientes
  • Si crees que los que sientes es desproporcionado a los que ocurre:

Revive sucesos del pasado y los significados que para ti tienen

  • Expresa con palabras y dale un significado nuevo a lo que ahora sientes

 

  • Si es proporcionado a lo que está pasando:

Acepta la emoción como es y piensa que acción requiere la situación y cuál es el fin

  • Focaliza que deseos, necesidades y metas surgen en cada caso
  • Actúa en consecuencia planificando la acción.

 

Hay muchas formas de mejorar la gestión emocional, esta es una basada en la Terapia Emocional, una Terapia Psicológica, que como todas las que funcionan, ayuda a solucionar trastornos emocionales complejos y que, por supuesto sirve para aprender sobre uno mismo, comprendernos, mejorarnos, y tener una vida más rica e interesante.

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