Entender mejor las emociones

Desde la antigüedad el ser humano ha tratado de entender las emociones y se han desarrollado técnicas basadas en la racionalidad para no dejarnos llevar por las emociones y los sentimientos.

Las filosofías griega y romana en Europa con sus métodos racionales o el taoísmo y el budismo con métodos más experienciales, ya se ocupaban de aconsejarnos como no reaccionar llevados por la emoción y pensar que acción era más adecuada antes de actuar o como aceptar la experiencia sin reaccionar llevados por emociones intensas.

El caso es que somos seres guiados por las emociones y casi todo lo que hacemos está influido por ellas. El pensamiento y la racionalidad creemos que orientan nuestras acciones, pero casi siempre están mediatizado por las emociones.

Por ello pongamos el pensamiento es su lugar, decidir y reflexionar el curso de acción a emprender, solucionar los problemas que se nos presentan y crear algo nuevo, sea ciencia, sistemas de pensamiento o arte.

La emoción nos informa de lo que ocurre y que necesitamos en ese momento y el pensamiento nos ayuda a gestionar las emociones cuando reflexionamos sobre lo que sentimos y decidimos la acción más adecuada a lo que la necesidad informada por la emoción requiere.

Las emociones son lo que nos guía y nos orienta en nuestro mundo y en situaciones concretas y entenderlas es de enorme importancia para aprovechar su utilidad.

  • Son herramientas innatas para la supervivencia ya que están conectadas a nuestras necesidades y nos informan de nuestra posición respecto a estas necesidades.
  • Son formas de procesar la información y llevan implícita la tendencia de acción que nos orienta en el entorno.

Conocerlas y explorarlas nos permitirá aprovechar su valor.

La historia de aprendizaje de cada persona puede haber facilitado o no la habilidad para regular las emociones y utilizarlas de manera eficaz o haber creado esquemas emocionales disfuncionales que se expresan como una forma crónica de sentirse o como emociones desproporcionadas en forma, intensidad o duración en algunas situaciones.

Por ello un mal aprendizaje ocasiona problemas emocionales, que son los que nos causan malestar y falta de adaptación en el mundo:

  • Falta de consciencia emocional para identificar, expresar y entender las emociones.
  • Problemas interpersonales, que son casi siempre de comunicación emocional.
  • Heridas emocionales por las necesidades primarias, cuidado y cariño, aceptación, ayuda y guía, protección, libertad para explorar en un entorno seguro, no atendidas.
  • Mala regulación emocional, tanto por exceso como por defecto.

Existe una gran variedad de emociones que después de largos estudios en la historia de la Psicología se pueden clasificar en:

  • Emociones primarias adaptativas:

Son respuestas a situaciones vitales. Flexibles pues cambian con las circunstancias. Nos orientan a una acción que soluciona el problema. Son sentidas clara e intensamente y necesarias para adaptarnos.

Por ejemplo:

Tristeza por la pérdida. Enfado ante un insulto. Miedo ante una amenaza.

  • Emociones primarias desadaptativas:

Han perdido su función adaptativa. No cambian con las circunstancias. Son difíciles de comprender. Se asocian a esquemas disfuncionales aprendidos. Bloquean y destruyen vínculos.

Por ejemplo:

Ansiedad en situaciones sociales. Vergüenza por expresar sentimientos. Enfado ante muestras de cariño.

Sentirse fracasado, inseguro o tener miedo a la cercanía e intimidad.

Son un viejo dolor que nos resulta familiar, una herida en nuestro ser íntimo.

  • Emociones secundarias:

Son reacciones a emociones primarias y son inespecíficas, como sentirse molesto.

Suelen tener síntomas de depresión, como la desesperanza, y agitación. Encubren otras emociones y son autodestructivas.

Muchas veces se deben a emociones prohibidas por el entorno en la infancia, donde no estaba bien sentirse de determinada forma. A veces la creencia de no tener derecho a sentir una emoción concreta lleva a sentirse de otra forma.

Por ejemplo:

Sentir enfado en lugar de miedo. Irritación ante la tristeza. Falsa alegría cuando estoy triste o incluso tristeza ante la alegría.

  • Emociones instrumentales:

Se expresan para conseguir algo de otros y no suelen ser conscientes.

Por ejemplo:

Enfado para imponerme y dominar a otros. Tristeza para dar pena y conseguir la atención de los demás.

Unas veces la emoción es lo primero que aparece ante una situación, otras lo que pensamos o interpretamos sobre lo que ocurre desencadena la emoción, también podemos pensar sobre como nos estamos sintiendo y aparecerán así otras emociones diferentes.

Las emociones aparentemente tan sencillas pueden llegar, debido a nuestra enorme capacidad de aprendizaje a ser un entramado muy complejo y difícil de desenredar y entender sin ayuda profesional.

Por esto es importante buscar esta ayuda en profesionales especializados de la psicología con una larga formación y experiencia.

La psicoterapia actúa sobre los pensamientos, emociones y conductas para conseguir el bienestar de la persona. Dependiendo del problema, la situación y la persona será más eficaz tratar en un nivel o en otro.

La psicoterapia también enseña como gestionar las emociones con una gran cantidad de métodos y técnicas diferentes.

Cuando sientes malestar o dolor emocional, la psicoterapia puede ayudarte a entender que está pasando, que hay en este malestar, poder entenderlo y procesarlo, bien para deshacerme del mismo o para convertirlo en la necesidad que se está expresando, reflexionar sobre cómo puedo satisfacer esta necesidad y en acciones o conductas para conseguirlo.

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