El apego o las relaciones del niño y sus padres

 

El apego es la relación establecida entre una persona y sus cuidadores y tiene tres componentes, cognitivo, conductual y emocional.

Conducta de apego es el conjunto de acciones que realiza el niño para mantener la proximidad del cuidador, normalmente los padres, y sentirse así seguro. El objetivo es la supervivencia.

La conducta, lo que hace para obtener la proximidad, las creencias que se forman sobre los cuidadores y uno mismo, las emociones que siente el niño sobre estos cuidadores y las sensaciones corporales, ya que a edades muy tempranas no se puede racionalizar lo que ocurre, pero si formará parte de la memoria somática o corporal, formarán los esquemas mentales y emocionales que determinarán las relaciones de apego tanto en la infancia como a lo largo de la vida.

Estas relaciones de apego se agrupan en cuatro esquemas:

  • Seguro
  • Inseguro-Evitativo
  • Inseguro-Ansioso
  • Inseguro-Desorganizado

El apego será probablemente seguro, si los padres o cuidadores se muestran:

  • Disponibles
  • Ofrecen contacto cuando el niño lo necesita
  • Responden con sincronía a su estado emocional
  • Perciben e interpretan las necesidades del niño y tienen la capacidad de anticiparse a ellas

El apego seguro, modelado la conducta de los padres antes mencionadas, se caracteriza por:

  • Búsqueda activa de contacto con los padres
  • Emisión de respuestas adecuadas ante los padres
  • Ansiedad de separación ante la ausencia de los padres y seguridad cuando está con ellos
  • Expresión de sentimientos, tanto positivos como negativos, de confianza y aceptación de sí mismo
  • Percepción de los padres como una base segura ante situaciones de estrés y malestar
  • Confianza en que los padres estarán disponibles y responderán ante sus necesidades

El apego inseguro-evitativo, se forma por las conductas de los padres de tipo:

  • Expresión de angustia y hostilidad
  • Rechazo y aversión al contacto
  • Conductas controladoras, intrusivas y sobrestimulantes
  • Reacciones de inseguridad ante los lloros y necesidades insatisfechas del niño

Este estilo de apego se caracteriza por:

  • Desconfianza en la disponibilidad de los padres
  • No hay ansiedad de separación ante la ausencia y existe desinterés cuando se reencuentran
  • Indiferencia ante los padres
  • Procura vivir sus emociones sin el apoyo y amor de los otros
  • Tendencia a la autosuficiencia y ausencia de expresiones de miedo, malestar o enfado

El apego inseguro-ansioso se moldea por las conductas de los padres de tipo:

  • Cuidados incoherentes, impredecibles e inconsistentes ante las demandas del niño
  • No suelen responder a las necesidades del niño, aunque no las rechazan
  • El niño parece la figura de apego de los padres

Estos comportamientos conforman este estilo de apego, caracterizado por:

  • Sentimiento de que los padres no están preparados para responder a sus necesidades
  • Ansiedad de separación, pero que no se reduce cuando se reúne con ellos
  • Búsqueda de situaciones de separación para controlar a los padres
  • Conductas ambivalentes como mostrar cólera hacía los padres, rechazando la interacción y posterior búsqueda ansiosa de contacto
  • Ira, miedo, malestar y resistencia al contacto prolongado
  • Ansiedad en la exploración del entorno, reduciéndose así la autonomía
  • Deseo de intimidad con los otros y al mismo tiempo sensación de inseguridad respecto a los demás

El apego inseguro-desorganizado, se moldea por las conductas de los padres de tipo:

  • Comportamientos incompetentes y patológicos, tal vez por haber sufrido traumas y por problemas psicológicos
  • Conductas violentas, desconcertantes e impredecibles hacía los niños

El estilo, así formado, se caracteriza por:

  • Conductas confusas ante la separación
  • Relaciones de carácter caótico y superficial
  • Vinculación de carácter utilitario para protegerse de la frustración futura
  • Desorganización entre búsqueda de vinculación y evitación de esta
  • Puede provocar miedo

Las consecuencias en la vida de los estilos de apego:

  • Apego seguro: Flexibilidad emocional. Imagen positiva de si mismo y los demás. Expresión apropiada y regulada de las emociones y estas son más agradables, como alegría, confianza, placer, calma. Más independencia. Menos manifestaciones de ansiedad y evitación. Mejor resistencia al estrés.
  • Apego inseguro-evitativo: Menos habilidades para relacionarse y menor capacidad para resolver problemas emocionales. Baja tolerancia al estrés. Mala regulación emocional.

Resistencia a pedir ayuda. Menos dependencia de los demás. Aislamiento social. Imagen ante los demás de insensibles, agresivos, despreocupados, faltos de empatía. Mayor presencia de miedo, ansiedad, hostilidad. Distanciamiento de los contextos de apego. Responsabilizan a los demás de sus errores. Pueden mostrarse antisociales.

Menos ansiedad y más conductas de evitación.

  • Apego inseguro-ansioso: Emociones exageradas en las situaciones de tensión en las relaciones. Menos autoconfianza. Aislamiento social. Dependientes, impulsivos. Frustración ante el estrés. Activación exagerada que predispone a la ansiedad, la preocupación y el enfado. Más ansiedad y más conductas evitativas.
  • Apego inseguro-desorganizado: Sin estrategias ante el distanciamiento de los demás. Problemas de conducta, agresividad, aislamiento, conductas extrañas. Comportamiento pasivo-agresivo y manipulación. Tendencia a convertirse en víctima. Muy mala gestión del estrés. Más ansiedad y menos evitación. Búsqueda exagerada de aprobación. Tendencia a culparse de los conflictos.

Las relaciones tempranas a su vez, dependiendo del carácter del niño y de las necesidades insatisfechas en la relación de apego, pueden originar diferentes esquemas emocionales desadaptativos constituidos por creencias, emociones, sensaciones y comportamientos en gran parte no conscientes y que tienen una gran influencia en las relaciones que establecemos con los demás a lo largo de la vida.

La creación de vínculos de apego seguro se puede conseguir si los padres atienden las necesidades básicas del niño y actúan como hemos visto:

  • Con disponibilidad a las señales del niño
  • Son sincronicidad con las emociones que experimenta el niño
  • Estando atentos a las necesidades básicas del niño en cada etapa de su desarrollo:
    • Seguridad, estabilidad, cuidado, aceptación
    • Autonomía, competencia y sentido de identidad
    • Libertad para expresar necesidades y emociones
    • Espontaneidad y juego
    • Limites realistas que llevarán al autocontrol.

 

Tanto los estilos de apego como los esquemas emocionales y los problemas que ocasionan en las relaciones pueden modificarse por experiencias emocionalmente correctoras o por tratamientos psicológicos adecuados y si se dan las dos mucho mejor.

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